miércoles, 28 de enero de 2009

El salto del canguro

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Que en Australia hay canguros es sabido,
y que saltan es archiconocido.
Lo que nadie imagina es que de un salto
Un canguro una vez llegó tan alto
Que rompió la barrera del sonido.
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Fue una tarde de sol, segundo día
Del "Concurso de Salto de Oceanía"
Cuando, luego del precalentamiento,
Al canguro en cuestión lo ayudó el viento
Y en un tris se perdió en la lejanía.
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¡Uy, qué salto! ¡Qué técnica! ¡Qué agalla!
¡Ampliamente pasó sobre la valla
y siguió con su impulso... hacia el espacio!
(Desde donde descenderá despacio
Un día de éstos buscando su medalla).
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Diferencias entre Musicoterapia y Educación Musical Especial

Se puede decir, casi de manera intuitiva, que son sus propias denominaciones las que delinean los campos diferenciales de la Educación Musical y la Musicoterapia. Mientras que la primera tiene objetivos pedagógicos, la segunda tiene objetivos terapéuticos.
Pero no solamente los objetivos diferencian una disciplina de la otra. También existen diferencias de encuadre, de características de las relaciones o vínculos que se establecen, de procesos, de contenidos, de evaluación, entre otras.
Las diferencias adquieren particularidades según se compare la Musicoterapia con la Educación Musical o con la Educación Musical Especial. Es posible distinguir con mayor claridad la frontera entre la Musicoterapia y la Educación Musical que la que existe entre la Musicoterapia y la Educación Musical Especial, en donde los campos se aproximan más por la larga tradición de la Musicoterapia en el trabajo con las personas con discapacidad (en este caso niños).
En mi opinión, tiene gran influencia en este tema la inserción de los profesionales musicoterapeutas en los roles de Educación Musical Especial. Los musicoterapeutas aportamos un concepto propio del niño con necesidades educativas especiales, en el encuadre escolar sujeto de aprendizaje, así como una mirada integral de sus procesos y un abordaje diferencial, enriquecido por los aportes específicos de nuestra disciplina.
Existe una cuestión ineludible a la hora de delinear diferencias: las implicancias del rol. Entiendo que las mismas están atravesadas por dos ejes:
1- La función del educador musical en la Escuela Especial y la labor que realiza en la misma, lo cual se encuentra normado en las reglamentaciones y currículums vigentes.
2- La función del musicoterapeuta en la Escuela Especial en su rol de educador musical y la labor que realiza, lo cual está fuertemente marcado por su formación y por su manera particular de apropiarse del rol y de jugarlo. Es imprescindible destacar que no existe formalmente el cargo de musicoterapeuta en las escuelas de la provincia de Buenos Aires.
Así, las diferencias entre Musicoterapia y Educación Musical Especial pueden ser vistas desde el aspecto curricular, de diseño, de roles, de funciones o desde el hacer cotidiano en el aula, es decir desde la manera que cada profesional tiene de ejercer su rol. La reflexión sobre cada una de estas categorías de teorización aporta sin dudas elementos valiosos para la mejor comprensión del tema.
Algunos investigadores rechazan las diferencias al sostener que la música es "profiláctica" en sí misma. Personalmente discrepo con esta postura debido a que la música, para cumplir esa función de profilaxis, debe estar inserta en un proceso que se desarrolla en el espacio vincular que se instaura entre un terapeuta y un paciente/alumno. De todos modos, considero imposible desconocer las diferencias de objetivos y recursos y pretender equiparar las labores del educador y del musicoterapeuta ya que ambas están claramente distinguidas desde su propia formación académica.
Si bien muchos profesionales de la Musicoterapia y de la Educación Musical han investigado este tema en profundidad, existe aún un gran vacío de lineamientos. Ésto continuará siendo así hasta que se acepte y reconozca formalmente la figura del musicoterapeuta en la Escuela Especial.
Una vez más en la historia de la Musicoterapia, vamos haciendo camino al andar, abriendo senderos desde la práctica cotidiana, con el sustento individual de la formación y de la investigación, precediendo a las instancias en las que deberían inscribirse nuestros pasos.